Revista Administración & Cidadanía, EGAP

Vol. 18_núm. 1_2023 | pp. 263-283

Santiago de Compostela, 2023

https://doi.org/10.36402/ac.v18i1.5046

© Marisol Crego Freijido

ISSN-L: 1887-0279 | ISSN: 1887-5270

Recibido: 19/01/2023 | Aceptado: 22/06/2023

Editado bajo licencia Creative Commons Atribution 4.0 International License

A convivencia xeracional no Estado de benestar mediterráneo: unha reforma urbana, sanitaria e dixital

La convivencia generacional en el Estado de bienestar mediterráneo: una reforma urbana, sanitaria y digital

Generational coexistence in the Mediterranean Welfare State: an urban, health and digital reform

Marisol Crego Freijido

Becaria en materia de comercialización, transformación pesquera y acuicultura

Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

Grado de dirección y gestión pública

Universidad de Vigo

marisol.crego.freijido@gmail.com

Resumo: Este artigo trata sobre a convivencia xeracional en Portugal, España e Italia. A partir dela propóñense unha serie de reformas para adaptar o modelo de benestar mediterráneo ás pirámides de poboación invertidas. As principais áreas que se abordarán son urbanismo, sanidade e dixitalización. Finalmente, realízase unha valoración destas en Galicia.

Palabras clave: Convivencia xeracional, urbanismo, sanidade pública, dixitalización, covivenda, atención primaria e cidadanía.

Resumen: Este artículo trata sobre la convivencia generacional en Portugal, España e Italia. A partir de ella se proponen una serie de reformas para adaptar el modelo de bienestar mediterráneo a las pirámides de población invertidas. Las principales áreas que se abordarán son urbanismo, sanidad y digitalización. Finalmente, se realiza una valoración de estas en Galicia.

Palabras clave: Convivencia generacional, urbanismo, sanidad pública, digitalización, covivienda, atención primaria y ciudadanía.

Abstract: This article is about generational coexistence in Portugal, Spain and Italy. It proposes a series of reforms to adapt the Mediterranean welfare model to the inverted population pyramids. The main areas to be addressed will be: urbanism, health and digitalisation. Finally, an evaluation of them is carried out in Galicia.

Key words: Generational coexistence, urbanism, public health, digitization, co-housing, primary care and citizenship.

Sumario: 1 Introducción. 2 Los cambios demográficos en el Estado de bienestar mediterráneo. 2.1 Las nuevas reformas en el Estado de bienestar mediterráneo 2.1.1 Convivencia generacional urbana. 2.1.2 Convivencia generacional sanitaria. 2.1.3 Convivencia generacional digital. 2.2 La convivencia generacional en el sur de Europa. 2.2.1 Portugal. 2.2.2 Italia. 2.2.3 España. 3 La convivencia generacional en Galicia. 4 Conclusiones. 5 Bibliografía.

1 INTRODUCCIÓN

A lo largo de la historia, las ciudades europeas han contado con sus propias transiciones y cambios que, por norma, acostumbran a estar relacionados con el desarrollo de una nueva fuente de energía, con variaciones en la demografía y con los avances tecnológicos correspondientes a su época. En el siglo XIX imperó el carbón, el transporte ferroviario, a causa de la invención de la locomotora y el aumento de la población gracias a la reducción de las epidemias, junto con una mejora en la alimentación1. Mientras, en el siglo XX los cambios dominantes fueron el petróleo, la generalización de la electricidad y los acusados altibajos de población debido, entre otras razones, a las dos guerras mundiales y a la propagación de enfermedades como la gripe española o el VIH. Ahora bien, ¿cuáles son las estimaciones para el siglo XXI en Europa con respecto a estos tres aspectos? La respuesta se halla en las transiciones gemelas, la verde y la digital, íntimamente conectadas con los impactos del cambio demográfico. De este modo, las energías renovables se configuran como las nuevas fuentes de energía a explotar, la democratización de la digitalización en un proceso a desarrollar y las pirámides de población invertidas en un punto de inflexión para las sociedades europeas en su conjunto, tras la estandarización de sus principales inquietudes fruto de la globalización.

El sociólogo Ulrich Beck consideraba la globalización como aquellos “procesos que tienen como consecuencia que actores transnacionales se introduzcan en las capacidades del poder, en las orientaciones, identidades y redes de los Estados nacionales y de su soberanía y pasen a través de ellas2. La Unión Europea se define como ese actor transnacional que comunica una serie de directrices, con el fin de abordar cuestiones comunes a los Estados miembros, determinando seis puntos clave en su agenda 2019-2024, por su incidencia en los Estados de bienestar:

1. El pacto verde.

2. Una Europa adaptada a la era digital.

3. Una economía al servicio de las personas.

4. Una Europa más fuerte en el mundo.

5. Una promoción del modo de vida europeo.

6. El impulso a la democracia en Europa3, centrándose este último punto en los cambios demográficos experimentados.

No obstante, el contexto creado por la globalización no exceptúa la reclamación de actuaciones que se ajusten a las circunstancias particulares de cada país o región. Por ello, la primera parte de este trabajo se centra en cómo se ve afectado el Estado de bienestar por el cambio demográfico y, en menor medida, por las transiciones gemelas mencionadas en Portugal, España e Italia, para posteriormente elaborar un diagnóstico a nivel mediterráneo y finalmente valorar la situación demográfica en Galicia, territorio protagonista de la segunda parte.

2 LOS CAMBIOS DEMOGRÁFICOS EN EL ESTADO DE BIENESTAR MEDITERRÁNEO

A causa del progresivo envejecimiento poblacional y la reducción continuada de la natalidad, al igual que de los jóvenes adultos, en el año 2019 la Comisión Europea tomó la decisión de crear la Vicepresidencia para la Democracia y Demografía, que supervisa el mapa estadístico demográfico de la UE y elabora el Libro verde sobre el envejecimiento4. Gracias a ello, el actor transnacional observa la evolución de estas materias en los Estados de bienestar mediterráneos (Portugal, España, Italia y Grecia) que cuentan con una serie de rasgos comunes en torno a sus valores, estructuras institucionales e historia debido, entre otros motivos, a la durabilidad de sus dictaduras durante el siglo XX, lo que propició la construcción tardía de su Estado de bienestar, diferenciándolos del resto de Europa5. Por esta razón, las directrices provenientes de la Unión son interpretadas de forma específica en estos países, en donde las políticas pasivas son predominantes y la familia es el eje del sistema, de ahí que los efectos de las nuevas tendencias demográficas –disminución de la tasa de natalidad, incremento de la esperanza de vida o la despoblación rural– influyan en mayor medida sobre ellos.

En el caso de España, las directrices europeas han tomado forma a través del reto demográfico, una idea compleja cuyas áreas de atención son las pensiones, el mercado de trabajo y el equilibrio del sistema sanitario, con el propósito de cubrir las demandas de una sociedad cada día más envejecida6. También le son de interés la búsqueda de una transición verde y digital que manifieste el compromiso con los derechos humanos emergentes, fruto del auge de determinados movimientos sociales o de modificaciones en la conciencia y estilo de vida de la sociedad europea, para poner en práctica una serie de reformas que den respuesta a los nuevos desafíos sin socavar la calidad del futuro bienestar mediterráneo.

2.1 Las nuevas reformas en el Estado de bienestar mediterráneo

Antes de adentrarnos en la estructura de unas posibles reformas, resulta indispensable explicar la razón que da lugar a su planteamiento. Como se ha mencionado, el mundo se sumerge en una constante evolución, la cual, a su vez, se encuentra interconectada con nuevas comprensiones sobre los derechos humanos. Es así como Karel Vasak7 desarrolló, en la década de los 70, una clasificación generacional de estos fuertemente criticada por su excesiva jerarquización, reduccionismo histórico y por vincular los derechos humanos a eventos históricos observados como lineales8. De este modo, surgen en contraposición líneas de pensamiento como la descrita por Gloria Ramírez Hernández, quien señaló cómo los emigrantes, los residentes ilegales e indígenas son apartados del disfrute de esta clase de derechos en América, o la de Marie-Bénédicte Dembour, en 2010, quien abogó por la teoría de las escuelas para concebir los derechos humanos9. Estas vertientes descartan relacionar tales derechos a un progreso histórico universal, pero sí los consideran más inherentes al concepto de ciudadanía, interpretado como una mera “construcción social, unida desde siempre a la progresiva adquisición de derechos, por parte de los miembros de un Estado10. Estos quedan reflejados en los textos constitucionales por medio de los conocidos como derechos fundamentales, que cuentan con una estructura de protección multinivel y, a raíz de los cambios originados en la conciencia y estilo de vida, han sido reinterpretados. Algunos de ellos han pasado a ser valorados de primer orden a pesar de ser, en su origen, de baja protección.

Es así como, a excepción de Italia, la redacción de las constituciones mediterráneas tuvo lugar a finales del siglo XX y, a pesar de tener como paradigma los modelos europeos que expresaban una reducida relevancia a los derechos fundamentales de tercer orden11, se incorporaron tras emanar y hacerse cada día más vigentes en la agenda, tanto política como pública, del sur de Europa. Un reflejo de ello es la Constitución portuguesa de 1976, que en su artículo 66 señala su gran compromiso ambiental12, prueba de cómo los nuevos requerimientos fueron valorados.

En consonancia con lo descrito, se formula un programa de reformas que integra los nuevos reclamos, como lo serían el derecho al medioambiente, a la salud, a la ciudad o a la era digital, ya que su democratización aspira a mitigar la principal consecuencia de la demografía actual: la desigualdad entre generaciones. Este trabajo propone entonces una actuación con una distribución multinivel de gobierno13 de acuerdo con la descentralización de los Estados del sur de Europa, en donde las reformas a ahondar son la convivencia generacional urbana, sanitaria y digital. A través de ellas se pretende aceptar, al igual que adaptar, el sistema a las tendencias demográficas14 que se experimentan o se estima experimentar en Europa en los próximos años, no luchar en sí contra ellas. Por lo tanto, las ciudades son el escenario central de las reformas, junto con la creación de una convivencia intergeneracional del uso y disfrute de los servicios públicos, lo que se antepone a enfocar las venideras políticas públicas hacia un mero impulso demográfico que estimule únicamente la tasa de natalidad.

2.1.1 La convivencia generacional urbana

Desde la década de 1950, la concentración de la población en grandes centros urbanos se dispara y, según el informe World Cities Report 2022 Envisaging the Future of Cities de ONU-Hábitat, esta tendencia seguirá al alza con independencia de la pandemia de 2020, concluyendo que el 75 % de la población mundial (8 mil millones de personas el 15 de noviembre de 202215) vivirá en grandes metrópolis16 en 2050. Dado que los estudios acerca de la calidad del bienestar se proyectan sobre las ciudades17, resulta coherente que se inicie una nueva estructura de estas, por medio del llamado urbanismo social, que integre a todos los grupos generacionales, con la finalidad de superar el urbanismo de mercado del siglo pasado, centrado tanto en los vehículos de motor como en la población activa, cuya continuidad18 ha excluido del plano urbanístico a la niñez y a la vejez. De esta manera, resulta imprescindible limitar la circulación vial, pues se expone como un factor restrictivo. Con base en esta idea, emana el crono-urbanismo, que establece un período máximo de 15 minutos de traslado, a pie o por medio de un vehículo no intrusivo, a cualquier servicio considerado básico19: atención sanitaria o administrativa, tiendas de comestibles, educación, cultura o pequeñas zonas verdes y de ocio. Su aplicación debe expandirse también hacia las áreas metropolitanas, cuyo desplazamiento a algunos servicios acostumbra a ser mayor.

Conforme a lo expuesto, se genera una compresión de lo que se conoce como conciencia del medio ambiente construido (MAC)20, un modelo de aprendizaje que estimula la visión del plano urbanístico, al aprender a desenvolverse en él y a canalizar un desarrollo cognitivo por medio de las emociones que producen tanto la arquitectura como la distribución del entorno. Se aspira a contribuir con ello a una inserción más temprana en la actividad urbanística, pues en términos de capacidad se podría iniciar la independencia de movilidad por la ciudad entre los 7-12 años, además de formar a un ciudadano adulto involucrado y consciente del MAC a fin de incrementar el civismo social21.

En cuanto a la presencia de la población anciana, se busca concederle autonomía, a la par que sociabilidad, entre ella y con las demás generaciones, al disponer áreas de asistencia sanitaria no solo cercanas, sino también compatibles con el disfrute de un estilo de vida comunitario. Se pretende configurar un sistema de cuidados que no recluya a los mayores en sus hogares, residencias y/o hospitales para desalentar el exceso de protección o dependencia, además del abandono social22. Es así como gana popularidad el proyecto de la covivienda por su compatibilidad con la idea de la convivencia generacional urbana, pues entre sus ventajas aparece el fomento de la peatonalización, de las zonas verdes y, sobre todo, la mitigación del aislamiento de quienes padecen una condición de dependencia, viven solos o se sienten solos23. De esta manera, se inspira a sus miembros a ser partícipes en la toma de decisiones de las zonas compartidas y se genera un sentimiento de comunidad24 que frena las emociones desencadenantes de la depresión o la ansiedad, cada vez más frecuentes en distintas franjas de edad dentro de la UE25. Por consiguiente, esta clase de proyectos no deben asociarse con las residencias para mayores, porque en la covivienda se refrenda el dominio al espacio público por aumentar la participación ciudadana, a causa de una compresión del MAC, circunstancia que en las residencias no se produce.

De igual forma, de nada sirve promover esta clase de ideas si persiste una masificación constante de personas a raíz de la turistificación, escena representativa de los países mediterráneos, en donde la ausencia de enfoques proactivos hacia el turismo ha desencadenado un rechazo por parte de la población local hacia los visitantes por el impacto negativo ocasionado en la vida cotidiana: interrumpir los horarios de descanso; transitar por las zonas monumentales de la ciudad; incrementar los costos de vida, con especial mención a los alquileres; deteriorar el modelo laboral al incentivar el empleo estacional de baja calidad; etc.

En conclusión, el urbanismo del sur de Europa debe superar la conversión del turismo como núcleo de su diseño y, en contraposición, fomentar el derecho a la ciudad, es decir, su disfrute además del derecho en la ciudad26, que viene a ser la disposición de esta para sus habitantes.

2.1.2 Convivencia generacional sanitaria

Por medio del urbanismo social, se ha expuesto la importancia de aproximar el acceso a determinados servicios públicos, como la sanidad. Sin embargo, no ha de confundirse esto con la aproximación a la salud, idea que, tras el colapso de los sistemas sanitarios en 2020, debido a la COVID-1927, comenzó a ganar cierto reconocimiento y expuso a la medicina preventiva como la rama sanitaria encargada de potenciarla mediante la promoción de conductas saludables y la detección precoz de posibles dolencias/enfermedades para evadir o minimizar sus efectos más adversos, tanto en el sistema como en la población. Su punto de partida es el relanzamiento28 de la atención primaria, que ha quedado obsoleta y precisa priorizar los cuidados sobre la cura, a través de un cambio en y hacia el pensamiento sanitario29.

Por este motivo, fomentar hábitos saludables, remediar pequeñas dolencias a tiempo o vigilar posibles enfermedades de padecimiento común se convierten en las áreas a las que dirigir la inversión pública con el propósito de reducir las incidencias en la atención terciaria, aquella en la que el paciente precisa de un tratamiento con el que combatir su enfermedad o dolencia30. Esta última área acostumbra a ser la más criticada por asociar su alta ocupación y desbordamiento por parte de la población más adulta, escenario visto como uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el sistema público31. Es ahí donde la medicina preventiva juega su papel al vincular el aumento de la esperanza de vida con un incremento de su calidad, no con un deterioro de esta una vez cumplidos los 65 años. Se potencia entonces una gestión diligente que anticipe un mayor tratamiento de las enfermedades crónicas más generalizadas32: hipertensión, colesterol alto, alergias, artrosis, depresión y ansiedad33 y de las enfermedades no transmisibles causantes de muerte, como los tumores de pulmón, laringe y boca; la cardiopatía isquémica, y las enfermedades del sistema respiratorio, de las cuales se espera notoria incidencia en un futuro por los efectos nocivos del cambio climático y de la contaminación. Gracias a la medicina preventiva, se aviva el respeto a la salud desde edades tempranas, conducta que hace a los ciudadanos conscientes de su integración en el sistema de cuidados34, lo que dirige el bienestar de la sociedad hacia una salud comunitaria, definida por la OMS como “el proceso en virtud del cual los individuos y las familias asumen responsabilidades en cuanto a su salud y bienestar propio y los de la colectividad y mejoran la capacidad de contribuir a su propio desarrollo y al comunitario”.

Ahora bien, la estructura de los cuidados es peculiar en los países mediterráneos. Como se mencionó con anterioridad, la familia es el eje del modelo y eso tiene como consecuencia directa que velar por los mayores, menores y personas con alguna clase de dependencia sea responsabilidad de su núcleo familiar, por lo que abundan los cuidados informales desempeñados por el sector femenino de la población o, en su defecto, por ciudadanos extracomunitarios35 sin formación especializada. Ante este panorama, cabe matizar cómo la popularización de esta clase de cuidados en ancianos no obedece a una preferencia, sino que los poderes públicos son los percibidos como los verdaderos agentes de protección social frente a estas realidades, por lo que surgen ante la debilidad de la asistencia geriátrica pública36, razón por la que se demanda una mayor profesionalización de los cuidados37. Según los datos recopilados en 2020 por la Vicepresidencia para la Democracia y Demografía, se espera que el sector de la asistencia sanitaria genere alrededor de 8 millones de puestos de trabajo en la siguiente década. Por consiguiente, resulta primordial, por un lado, dotar de especialización y recursos a este ámbito a fin de que pueda afrontar a su futura población diana y, por otro lado, hacer partícipe a dicha población en la medicina preventiva con la intención de convertir a los cuidados en el pilar de los sistemas sanitarios.

2.1.3 Convivencia generacional digital

Desde la popularización del concepto de gobierno abierto durante la primera legislatura de Barack Obama38, la digitalización de los procesos de participación ciudadana se ha convertido en el punto de mira en las democracias representativas occidentales. Con ella se busca resolver la desafección política que ha perfeccionado la atmósfera para la ya presente extrema derecha y ha caracterizado la cultura política de los países del sur de Europa, cuyo liderazgo público e instituciones deben ser reformulados en patrocinio de la transparencia y la cercanía con y para sus ciudadanos. Dicho esto, concebir la digitalización como única respuesta de reconciliación entre las disparidades protagonizadas por la Administración y la ciudadanía supone una lectura superficial del problema, por lo que se debe acudir al que se cree, según los parámetros de este trabajo, el origen de la distancia: el personal empleado público. En el informe Government at a Glance 2021 de la OCDE, Italia, España, Grecia y Portugal (en ese orden) se definen por tener el mayor cuerpo público envejecido, el menor porcentaje de funcionarios y el menor reclutamiento proactivo, situándose por debajo de la media de la OCDE. Todos estos factores configuran la imagen estancada del aparato público, en vista del perfil de sus integrantes. Es preciso dotar de dinamismo e innovación a la función pública, remodelando sus métodos de acceso, pero sin perder los refuerzos positivos inherentes al personal de más edad, como lo sería la experiencia. De este modo, se insta desde este trabajo a congregar una convivencia generacional en la Administración pública para asentar una digitalización efectiva tanto a nivel interno (entre su personal) como externo (entre su personal y la sociedad).

Con todo esto, en los países del sur de Europa la digitalización se presenta como un fenómeno dispar, más allá de su personal empleado público. España constituye la referencia en madurez digital, hecho que provocó que en Italia se revisara la legislación sobre Administración digital y electrónica conforme a los parámetros españoles. Asimismo, Portugal se posiciona también por encima de la media europea39 debido, en gran medida, a los pactos celebrados en las cumbres hispano-portuguesas, bajo las cuales se ha conseguido que el número de instalaciones con fibra en la península Ibérica supere al de países como Alemania o Francia40 y que ascienda, a una calidad media-alta, el grado de alfabetización digital de sus sociedades. Este último dato es el que mejor representa los avances digitales en ambos países, porque en el año 2020 se situaban por debajo de la media y en muy poco tiempo la han superado41.

Pese a todo, persisten aspectos que entorpecen la transición e integración de los medios digitales en la sociedad, pues el capital humano referente a expertos en el área resulta escaso, escenario que desencadena una brecha entre la sociedad y la Administración por no ser capaces de compenetrarse, al igual que entre las diversas generaciones, ya que llevar adelante procedimientos de esta índole no está al alcance de todos y existe muy poco personal encargado de auxiliar e instruir tanto a los funcionarios como a la población. Por ende, se entorpece el ejercicio de una serie de derechos consecuentes con la digitalización, pues no se termina de disfrutar de sus ventajas en el día a día42.

2.2 La convivencia generacional en el sur de Europa

Una vez expuestas las posibles reformas, es conveniente realizar un diagnóstico de estas para asentar las valoraciones que, habida cuenta de cómo la coyuntura demográfica pone en jaque el futuro del bienestar mediterráneo y su estabilidad financiera, aguarden atenuar la situación que ha caracterizado la endeble resistencia de los países objeto de estudio.

2.2.1 Portugal

Tras la difusión del urbanismo sostenible por parte de la Agenda 2030, se han vuelto más frecuentes en el país vecino los estudios sobre un diseño de la ciudad centrado en las necesidades de las personas. No obstante, la vigencia de la circulación vial al elaborar las políticas urbanísticas impera en pequeñas ciudades como Aveiro y, sobre todo, en la capital del país, Lisboa43. Por esta razón, se propicia el tránsito a pie a través de los llamados pasajes urbanos44, espacios públicos que acortan el desplazamiento y enlazan zonas del plano urbanístico divididas. Se trata de una medida ya existente, pero de escaso uso porque son zonas poco iluminadas, con mala fama o, en su defecto, privadas, no públicas, por lo que, con la intención de hacerlas de disfrute común, se subvenciona su construcción al rehabilitar un edificio situado en el centro urbano45. Mediante los pasajes, el acceso a cualquier punto de la ciudad se vuelve directo a la par que rápido, combate el sedentarismo y garantiza el derecho a la ciudad para todos los grupos de edad, en cuanto a términos de movilidad, ya que en materia de vivienda la circunstancia cambia. Actualmente prima la construcción tradicional46, y la oferta en vanguardia arquitectónica, en torno a la convivencia entre generaciones, resulta poco próspera, pues se financian las llamadas viviendas colectivas, que, pese a su finalidad comunitaria47, sesgan a sus ocupantes según la edad, pareciéndose más a las residencias de estudiantes o de mayores que a proyectos de covivienda.

En línea con estas reformas, toca valorar también los avances digitales que desde el año 2008 han sido objeto de modernización recurrente, a raíz de las políticas de austeridad generadas por la crisis financiera del momento, a partir de la cual se consideró la digitalización como la herramienta controladora del gasto público sin damnificar la calidad de los servicios prestados48. Con todo, la precariedad del bienestar en Portugal se acentuó, a ojos de sus ciudadanos, entre los años 2012-2017, período de frecuentes manifestaciones sociales en contra de la austeridad reinante. Se tuvo que esperar a 2022 para contemplar una pequeña mejoría a través del denominado capitalismo de sardina49, fenómeno que muestra al país vecino como un paradigma de crecimiento económico y estabilidad financiera gracias a su innovación en la gestión de la inmigración, la inversión extranjera o los cuidados sanitarios50. En discrepancia con esta percepción, se halla la opinión pública portuguesa, que, tras observar la baja cobertura en la atención primaria y las urgencias51, fruto de la marcha de los especialistas al sector privado o a otros países, atribuye a los servicios públicos una falta de equilibrio y calidad52, criterio reforzado por lo subrayado en el informe de Características e indicadores de salud 2019 del Ministerio de Sanidad de España, el cual recopila información de los Estados miembros de la UE, a partir de los datos extraídos de la Comisión Europa, la OCDE y la OMS. Esta última visión del panorama luso puede ser considerada la menos favorecedora, pero son numerosos los estudios que afirman cómo la ausencia de cuidados al modelo democrático desencadena un sistema de partidos basado en un pluralismo polarizado53, en donde las ideologías de extremos son asiduas y apoyadas por quienes se manifiestan disconformes con el funcionamiento o calidad de los servicios públicos54. Aunque la temática de este trabajo no gira en torno al análisis de la política mediterránea del momento, resulta reseñable señalar cómo el descontento y la desafección política de algunos ciudadanos han erigido al partido de extrema derecha Chega! como tercera fuerza parlamentaria, tras las elecciones generales de 2022, con independencia de la mayoría absoluta del Partido Socialista. Por ello, la subida de Chega! puede ser un indicador de una relación Administración-ciudadanía defectuosa, pues la llegada a las instituciones públicas de partidos con esta ideología constituye una alerta para quienes abogan por la conservación y cuidado del modelo democrático.

2.2.2 Italia

A diferencia de Portugal, las fuentes consultadas aportan información más homogénea en el caso italiano. Indicadores como eGovernment Benchmark 2022 de la UE, Government at a Glance de la OCDE o el Índice mundial sobre la innovación en la salud de FREOPP 2021 posicionan al país mediterráneo por debajo de las medidas estipuladas en las instituciones citadas o con una valoración modesta en cuanto a su progreso administrativo, digital, sanitario, reiterando el diagnóstico en el área urbanística descrita de difícil solución55.

Con todo, también existen proyecciones alentadoras, pues, gracias a la disposición territorial descentralizada, han tenido cabida iniciativas urbanísticas ajenas a las intermitentes reformas del Gobierno central, ubicadas en Milán y Matera, una pequeña localidad del sur. Ambas se caracterizan por su compromiso con el desarrollo sostenible, lo que las lleva a actuar con un predominio de la visión medioambiental sin eximir su dedicación a los espacios dinámicos y funcionales para su población. Es así como estos diseños urbanísticos instan a que los elementos que configuran las ciudades (entiéndase por tal las aceras, farolas, formas de edificar…) apacigüen las venideras desavenencias climáticas56. Se ordena, por ende, crear zonas verdes con el objetivo de dotar de sombra y reducir el calor, fruto del aumento de las temperaturas que se espera experimentar en 202657, o equipar las aceras de un pavimento filtrante que asegure el tránsito a pie, además de actuar como medida preventiva ante el riesgo de inundaciones por lluvias torrenciales58. De igual manera, pero en una escala menor, Tavernes y Penne, localidades de la región de Pescara, han iniciado a finales de 2022 un pacto por el clima y la energía para enfocar sus esfuerzos de ordenación del territorio en acciones proactivas contra incendios e inundaciones con la aspiración de repercutir, a su vez, positivamente sobre la seguridad y bienestar de sus poblaciones, habida cuenta de las consecuencias perjudiciales del cambio climático sobre la salud de las personas.

En línea con la valoración de la salud, es innegable cómo el indicador sobre la esperanza de vida en Italia se halla entre los primeros puestos de la UE, pero, como se mencionó en el apartado de la convivencia generacional sanitaria, el indicador que realmente aporta información sobre la salud de las personas es el de su calidad y, en el informe Características e indicadores de salud 2019, citado en las valoraciones sobre Portugal, se sitúa a Italia entre los países con mejores años de vida saludable de su población. Ante estas afirmaciones, uno puede creer alta la prosperidad del sistema sanitario italiano, pero se trata de una suposición errónea y desmentida por la propia población del país, que calificaba de baja la calidad del servicio en el año 2017, al igual que FREOPP en su informe de 2021. Es así como el Gobierno central procuró, a través de reformas legislativas, remediar las críticas y bajas valoraciones del sistema sanitario nacional, destacando la Ley sobre seguridad del paciente y responsabilidad médica. Dicha ley proyectaba proveer de mejor atención sanitaria a los usuarios, finalidad que, una vez transcurrido cierto tiempo desde su vigencia, se ha producido de forma dispar porque las regiones del norte, como Toscana, han mejorado sus puntuaciones, a diferencia de las del sur, que mantienen una capacidad casi nula al respecto59.

En función de lo expuesto hasta el momento, quedan claros los desequilibrios entre las regiones del país, y la precariedad de la digitalización se convierte en materia de juicio común. De acuerdo con las fuentes consultadas, el avance digital en Italia es casi inexistente, situación que, como se ha descrito en el anterior apartado, genera un descuido del bienestar que necesita de constantes renovaciones para su conservación. Desatender la relación Administración-ciudadanía hace visible la debilidad del modelo democrático por no otorgar un servicio digital competente acorde con los tiempos que afiance y garantice el vínculo con los poderes públicos, lo que deriva, según la postura de este trabajo, en una canalización del descontento popular representada por la victoria de Giorgia Meloni, líder del partido de extrema derecha Fratelli d’Italia60, en las elecciones generales de 2022. Dicho triunfo electoral ha auspiciado un cierto recelo, pero no temor en el panorama internacional; prueba de ello fue la estabilidad de la bolsa tras las elecciones. Posiblemente la presencia del centro-derecha (Forza Italia) en algunos ministerios clave constituyó una decisión que pudo ser interpretada como un mensaje de prudencia de cara a la UE, actor que no cesa de analizar la proliferación de las ideologías de carácter extremo dentro de sus fronteras y evalúa detenidamente su evolución por medio de su agenda 2019-2024, a fin de conocer el alcance del euroescepticismo en los próximos años61.

2.2.3 España

Las recientes perspectivas acerca del urbanismo en España obedecen en gran medida a las inquietudes originadas por el desarrollo sostenible, al igual que en Portugal e Italia, por lo que el punto central de las políticas urbanísticas es el medio ambiente, orientado a la ampliación de las zonas verdes y el uso de energías renovables, como en la ecociudad de Sarriguren en Navarra o en la iniciativa ciudadana de la Pinada en Valencia, que guarda cierta semejanza con la idea de covivienda por el compromiso y participación de sus integrantes al moldear el barrio a su voluntad y criterio. En ambos proyectos se incentivan el desplazamiento a pie, los espacios verdes como huertos o techos ajardinados, los mecanismos de gestión eficiente de recursos naturales como el agua y la arquitectura sostenible, edificaciones que generan su propia energía y se componen de materiales reciclados y/o reciclables. Esta clase de iniciativas se extrapolan a urbes como Madrid o Barcelona con el propósito de equilibrar la llamada salud urbana62, deteriorada por el crecimiento descontrolado de las ciudades, los efectos nocivos de la contaminación y la ausencia de políticas ecorresponsables en el uso de los recursos. Estas razones ocasionan la elaboración de políticas, por parte del Gobierno central, para atenuar las desavenencias urbanas de acuerdo con un desarrollo territorial equilibrado, objetivo vertebrador del llamado reto demográfico, un plan que pretende remediar la despoblación en las zonas rurales y ciudades medias63. También destaca la estrategia nacional España 2050, que enuncia entre sus fundamentos la preparación del Estado de bienestar para una sociedad longeva o una distribución territorial sostenible, justa y no concentrada en grandes centros urbanos. Se trata de planes de reestructuración cuyos puntos de atención son múltiples, pero íntimamente conectados aunque acotados.

Abordar la demografía en el estudio del Estado de bienestar por parte de las estrategias gubernamentales resulta pertinente con la línea de este trabajo. Aun así, las materias a atender acostumbran a ser las articuladas en esta clase de análisis, es decir, la estabilidad del sistema de pensiones y de la sanidad pública, vértices de los discursos en favor de la privatización de la gestión de los servicios públicos y el decrecimiento del Estado64. De este modo, el urbanismo es un área incorporada en la estrategia gubernamental, pero ligada a los parámetros medioambientales, no al perfeccionamiento del futuro Estado de bienestar ante la pirámide de población invertida, hecho que restringe la capacidad de combatir las desigualdades urbanas imperantes.

Dentro de la brecha urbana, la salud y la digitalización son elementos cuyas direcciones marcadas para su instauración también relegan el factor humano al priorizar las repercusiones sobre el entorno, no sobre las personas. ¿Por qué se enuncia esta afirmación? Básicamente porque en materia sanitaria se pone énfasis en la reducción de los índices de elementos perniciosos para la salud como el CO2, en favor de incidir primero en la atmósfera y en segundo lugar sobre la salud, área que se convierte en un beneficio colateral pese a dispensar información crucial sobre la prosperidad del bienestar. La calidad de la salud de las personas mayores de 65 años en España supera con creces a la de Portugal e Italia65, situación que resulta curiosa, pues en el informe FREOPP 2021 se indica la escasa inversión en ciencia y tecnología, además de etiquetar de moderada la calidad del servicio sanitario. Probablemente este último dato obedece a la persistencia de los recortes debido a los altibajos provocados por las crisis periódicas sucedidas desde el año 2008 en el modelo de salud público y en la estabilidad fiscal y financiera del país. Bajo este panorama, no se consolidan las prestaciones sanitarias, acción que denota la incorrecta aptitud del modelo. Desde la perspectiva de este trabajo, se considera que de nada sirve brindar una prestación para luego perderla ante la falta de recursos económicos y humanos, escenario aparentemente coherente con las valoraciones tanto de los profesionales sanitarios como de la población, que, desde el año 2013, califican de moderada la calidad percibida en la atención sanitaria pública66 y que, tras la COVID-19, no ha cesado de ser detenidamente analizada a fin de reclamar cambios legislativos, al igual que un aumento de personal y medios67. Lo mismo sucede en materia digital al delimitar el cometido a la sustitución de los medios tradicionales por los digitales para reducir el impacto ambiental, no por las oportunidades de mejora que pueden generar en la vida de las personas, pues, aunque España se alza como el país con mejor madurez digital68, la provisión de especialistas es pequeña, según lo enunciado en el informe DESI 2022.

Finalmente, en consonancia con la cultura política del mediterráneo, España también ha experimentado la entrada de la extrema derecha, tanto a nivel autonómico como nacional, lo que reanuda la poca salvaguardia de modelo democrático de fragmentación despolarizada, es decir, sin graves impulsos centrífugos que impliquen una tendencia hacia las ideologías de extremos69, idea respaldada en el informe A court sandoff in Spain leads to wild talk of a “coup”, en el cual se sostiene que España vive una tesitura institucional débil70.

3 LA CONVIVENCIA GENERACIONAL EN GALICIA

Una vez declaradas de manera general las valoraciones sobre la prosperidad de la convivencia generacional en Portugal, Italia y España, es hora de profundizar sobre la situación del indicador propuesto en Galicia.

En materia urbana, la comunidad autónoma destacó, en el año 2010, por su iniciativa local de cohesión social, a través del reequilibrio urbano de sus siete ciudades más representativas, propuesta ralentizada por la complejidad de los requisitos presentes en el procedimiento de elaboración y aprobación de los planes urbanísticos71 y el tamaño medio de las ciudades72. Adicionalmente, se une a los supuestos inconvenientes gallegos el crecimiento poblacional irregular, que se manifiesta ascendente en Vigo y A Coruña, en ese orden, al igual que en Lugo, Pontevedra y Santiago de Compostela, mientras que decrece tanto en Ferrol como en Ourense73. Por lo tanto, de cara a dirimir los altibajos demográficos, se procura con este trabajo exponer la validez de las ciudades medias gallegas al enumerar sus ventajas intrínsecas: estilo de vida aparentemente pausado gracias a las distancias cortas para acceder a servicios básicos, acceso a la vivienda factible74 y rendición de cuentas de carácter vecinal, ante la proximidad de los poderes públicos, situación que incrementa la participación ciudadana tanto a nivel social como político. De este modo, para conservar y atraer nuevos residentes, al margen de demandar un replanteamiento de la normativa urbanística, este trabajo plantea dotar de una serie de mecanismos de refuerzo con los que ocasionar una convivencia generacional en todas ellas. Resulta imprescindible, para ello, solventar las desavenencias detectadas y que se hacen eco entre la población residente, como sería la regulación del sector turístico, pues en Santiago de Compostela, a causa del Camino de Santiago, o en Vigo, durante la Navidad, el flujo de turistas ha conllevado una cesión del derecho a la ciudad por la afluencia de personas en las zonas de valor monumental o el centro, la conversión de viviendas del casco urbano en apartamentos vacacionales o la multiplicación de negocios cuyos destinatarios directos son los turistas, no la población local. Todo ello congrega unas características que deterioran la calidad de vida que se desea proyectar sobre las ciudades medias.

Más allá de la disposición urbanística, variables como el mercado laboral, la sanidad, la inclusión de toda la población en el espacio público o el desarrollo tecnológico y digital son contemplados para analizar y evaluar la calidad de vida en las ciudades. En correspondencia con ellos, se hace mención a la situación sanitaria gallega, cuyo modelo sanitario experimenta un período de desavenencia, ya que población y Administración no consensúan sobre la desaparición de la atención primaria en localidades cuyo tamaño es inferior al de las ciudades medias. En ellas se concentran las prestaciones sanitarias y, pese a ello, existe escasez de médicos de familia y especialistas. Este contexto conduce a que el poco personal en activo se vea sobrecargado, tal y como sentencia el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, en diciembre de 2022, en su ST 05354/2022 de la Sala de lo Social, al igual que también señala la necesidad de revisar las medidas relativas a la prevención de riesgos laborales del sector para no descuidar la principal entrada del sistema sanitario, la atención primaria. Como se mencionó en el apartado de convivencia generacional sanitaria, el cambio del pensamiento sanitario debe girar hacia los cuidados de la población. Por ello, la Consellería de Sanidad publicó en el año 2014 la llamada Estrategia Sergas 2014. La sanidad pública al servicio del paciente, pues el envejecimiento de la población gallega lidera rankings nacionales e internacionales desde hace años. De esta forma, se confirma la actitud proactiva de los poderes públicos de la comunidad autónoma al detectar la demografía de pirámide invertida como un futuro perjuicio al bienestar, aunque la persistencia del cierre de los centros primarios, fruto de la despoblación rural, ha orientado al sistema sanitario hacia una crispación protagonizada por los profesionales sanitarios, quienes atienden a un número indebido de pacientes durante largas jornadas. Esta situación deriva en un desgaste ya no solo de la calidad del servicio, sino también del bienestar de los especialistas.

En consonancia con las variables donde se detecta una pérdida de calidad, Galicia es uno de los territorios que se encuentran por debajo de la media nacional en cuanto a materia digital, según lo expuesto por el Consejo General de Economistas en su informe sobre la competitividad y digitalización de las regiones españolas en 2022. Las áreas que evidencian la baja calificación obedecen a la insuficiencia de personas, dentro de la comunidad autónoma, con habilidades digitales por encima de las básicas, variable por la cual existe, a su vez, poco personal con habilidades de comunicación avanzadas o con capacidad de resolución de problemas tecnológicos/digitales complejos75. Al margen de la carencia de especialistas TIC, los recursos materiales digitales también muestran un déficit, ya que el acceso a la banda ancha fija por redes de cable o de fibra óptica, tanto en hogares como en empresas, es limitado. Además, la creación y uso de páginas web para comercializar o dar a conocer un negocio son bajos, posiblemente porque, igual que sucede con la comunicación ciudadanía-Administración pública, los medios digitales son de reducida aplicación.

4 CONCLUSIONES

Las valoraciones referentes a la instauración de una convivencia generacional en los países del sur de Europa son particulares. En Portugal resultan ambiguas, ya que diversos índices postulan conclusiones aparentemente dispares. Por un lado, la UE proclama a Lisboa ciudad verde europea en 2020. A ese hecho se le añaden los positivos informes acerca de su esfera digital, como el informe DESI 2022. Desde otro ángulo, pero bajo el mismo prisma, el índice mundial sobre la innovación en la salud de FREOPP posiciona a Portugal dentro de los países con una buena calidad en sanidad y digitalización, pero los análisis de la OCDE o incluso las diversas movilizaciones sociales realizadas durante la época de austeridad dan a entender otro punto de vista. Sin embargo, al profundizar en la lectura de la bibliografía consultada, se consideró que se puede enunciar cómo los avances e ideas llegan a ponerse en práctica, razón que respalda sus buenas valoraciones en los índices nombrados, pero existe un factor humano que no termina de tenerse en cuenta a la hora de diseñar las políticas públicas, ya sea en materia urbana al orientar las medidas principalmente hacia el impacto de la huella ecológica, desconsiderando el desigual derecho a la ciudad que subsiste entre generaciones. Lo mismo ocurre en materia sanitaria por enfocarse solamente en la digitalización de la misma y en materia digital por su omnipresencia, pero con limitada disposición hacia la ciudadanía. Se estima oportuno enunciar un tímido desarrollo de la convivencia generacional en Portugal, cuyos avances se presumen intermitentes si se continúa desplazando el factor humano.

En el caso italiano, en virtud de las valoraciones de los diferentes agentes, la convivencia generacional se identifica con la carencia de medios y recursos, tanto materiales como humanos. Las medidas que se han llegado a aplicar con alguna clase de principio que se asemeje a la convivencia generacional son puntuales y de alcance, en su mayoría, local, por lo que se advierte una ausencia de cooperación entre los diferentes niveles de gobierno, punto que debe ser resuelto para el desempeño de los indicadores propuestos. En el diagnóstico italiano, a diferencia del portugués, los avances e ideas directamente no llegan ni a realizarse y en el supuesto contrario lo hacen de forma tardía e incompleta, como sería la digitalización, cuya operatividad sigue, a grandes rasgos, suspendida desde la entrada en vigor de la reforma de la Administración digital y electrónica. De la misma manera, el diseño de políticas públicas es desorganizado, ya sea en materia urbana, en donde se ha observado un abanico de planes que no terminan de complementarse entre sí, o en materia sanitaria, en donde los progresos se muestran desiguales entre las regiones norte y sur. En definitiva, se examina una suspensión de la convivencia generacional si no se resuelve, bajo mi criterio, la comunicación primero entre las administraciones públicas y en segundo lugar con la población.

En continuación con las valoraciones mediterráneas y a juzgar por lo detallado en el apartado sobre la aplicación de la convivencia generacional en España, la conclusión extraída en el país presenta similitudes con Portugal, ya que los indicadores consultados verifican la disposición de medios pero una alta indiferencia al factor humano por no comprenderlo como pilar del bienestar en los ámbitos propuestos. Es así como en materia urbana la integración de la vejez y la infancia no es objeto de debate y todo se reduce a las implicaciones sobre el medio ambiente, valoración que se extrapola a la materia sanitaria por la descobertura de la atención primaria, a causa del descenso de personal. Lo mismo sucede en materia digital, pues pese a los avances todavía se deben reforzar ciertos aspectos.

Finalmente, la convivencia generacional en Galicia dispone de una visión alentadora para su instauración desde un punto de vista urbano, pero no sanitario ni mucho menos digital. La disposición de las ciudades medias y medidas, por parte del Gobierno autonómico, como la Estrategia Galicia Retorna, al abordar el envejecimiento de la población, son grandes puntos de partida para la aplicación de la convivencia generacional en el territorio. No obstante, en los próximos años se deberá dotar de más especialistas para evitar agravar la crispación del sector sanitario e invertir en un progreso digital que al menos cumpla con los estándares de la media nacional en áreas como el capital humano instruido en tecnología y digitalización y porcentaje de instalaciones red, las cuales resultan hoy por hoy insuficientes.

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Notas

1 Del Panta, 1990.

2 Beck, 2008.

3 Comisión Europea, 2018.

4 Comisión Europea, 2018.

5 Moreno, 2001.

6 Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2022.

7 1.ª generación, relativa a los derechos civiles y políticos; 2.ª generación, comprende los derechos sociales, económicos y culturales; 3.ª generación, derechos de carácter colectivo, es decir, que benefician a todos en su conjunto, como el derecho a la paz o al medioambiente; y finalmente una 4.ª generación, todavía en construcción, que atañe a los derechos tecnológicos y digitales.

8 Torres, 2018.

9 Bénédicte, 2010.

10 Millán Jiménez et al., 2021.

11 Aquellos que en el caso español son enunciados en el capítulo tercero del título I de la CE.

12 Ruiz-Rico, 2000.

13 Es decir, atienden tanto a acciones desarrolladas desde el nivel más concreto, como sería el municipal, hasta el más genérico, la UE.

14 ONU, 2022.

15 González y Concepción, 2021.

16 ONU-Habitat, 202

17 Aquellas con más de 1.500 habitantes por km2 según ONU-Habitat.

18 Chinchilla, 2020.

19 Fortes, 2021.

20 Unesco/UIA, 2019.

21 Chinchilla, 2020.

22 Rosa Jiménez, 2019.

23 Comisión Europea, 2021.

24 Ayuntamiento de Madrid, 2008.

25 Comisión Europea, 2021

26 Chinchilla, 2020.

27 García y Blancafort, 2021.

28 Llamazares et al., 2020.

29 Rosa Jiménez, 2019.

30 Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno de España, 2021.

31 Dumont, 2021.

32 Comisión Europea, 2021.

33 Instituto Nacional de Estadística, 2020.

34 Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno de España, 2021.

35 Comisión Europea, 2021.

36 Carro, 2018.

37 Cáceres et al., 2015.

38 Portal de la transparencia, 2022.

39 DESI, 2022.

40 Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, 2022.

41 Comisión Europea, 2022.

42 OCDE, 2021.

43 Cámara Municipal de Lisboa, 2020.

44 Ribeiro et al., 2021.

45 Ribeiro et al., 2021.

46 Instituto Nacional de Estadística de Portugal, 2021

47 Metalocus, 2022.

48 Banco de Desarrollo de América Latina, 2020.

49 Moran, 2021.

50 FREOPP, 2021

51 Sagrado, 2018.

52 Ministerio de Sanidad, 2021.

53 Dícese del sistema de partidos bajo el cual existen partidos antisistema, oposiciones bilaterales, un centro métrico ocupado y fuertes impulsos centrífugos.

54 Cingolani, 2010.

55 Campos Venuti, 2003.

56 Campos Venuti, 2003.

57 World Meteorological Organization, 2022.

58 Red Española de Ciudades por el Clima, 2021.

59 Cascini et al., 2020.

60 Guisado y Gil, 2021.

61 Consejo Europeo, 2019.

62 Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno de España, 2021.

63 Cebrián Abellán, 2020.

64 Domingo, 2018.

65 Ministerio de Sanidad, 2015.

66 Ministerio de Sanidad, 2015.

67 Medina, 2021.

68 Comisión Europea, 2022.

69 Cingolani, 2010.

70 The Economist, 2022.

71 Fernández, 2022.

72 Rodríguez, 2022.

73 Instituto Gallego de Estadística, 2022.

74 Galicia presenta como precio medio de la vivienda 128.000 € y, de precio máximo que se puede permitir pagar un trabajador medio 182.237 €, frente al precio medio de la vivienda en comunidades autónomas como Madrid o Cataluña, que rondan entre los 160.000-154.000 € en el segundo trimestre de 2022; Cohispania, 2021 https://www.cohispania.com/mapa-interactivo-de-precios-de-la-vivienda-en-espana

75 Consejo General de Economistas, 2022.