F) Industria, enerxía, minas e augas minerais e termais. Estudo preliminar

F) INDUSTRIA, ENERXÍA, MINAS E AUGAS MINERAIS E TERMAIS

Estudo preliminar.

Carmen Mª Salgueiro Moreira

1.- Industria.

No núcleo fundamental da materia de industria se incluén, entre outras, as actividades destinadas á ordenación de sectores industriais, á regulación dos procesos industriais ou de fabricación e a submateria da seguridade industrial (SSTC 203/1992, do 26 de novembro; 243/1994, do 21 de xullo; 179/1998, do 16 de setembro, e 175/2003, do 30 de setembro).

Ao Estado correspóndelle o establecemento das normas de ordenación económica que se proxectan sobre o sector industrial ao abeiro da competencia en materia de “bases y coordinación de la planificación general de la actividad económica” do artigo 149.1.13ª CE. Pola súa banda, conforme o artigo 30.Un.Dous do EAG: “De acuerdo con las bases y la ordenación de la actuación económica general y la política monetaria del Estado, corresponde a la Comunidad Autónoma gallega, en los términos de lo dispuesto en los artículos treinta y ocho, ciento treinta y 20 uno y ciento cuarenta y nueve, uno, once y trece, de la Constitución la competencia exclusiva” en materia de “Industria, sin perjuicio de lo que determinen las normas del Estado por razones de seguridad, sanitarias o de interés militar y las normas relacionadas con las industrias que estén sujetas a la legislación de minas, hidrocarburos y energía nuclear. Queda reservada a la competencia exclusiva del Estado la autorización para transferencia de tecnología extranjera.”

Como se indicou antes, dentro da materia de industria se inclúe a submateria relativa á seguridade industrial (STC 179/1998, do 19 de setembro), sendo sobre esta submateria sobre a que versan boa parte dos pronunciamentos do Tribunal Constitucional na materia de industria.

Conforme a unha consolidada doutrina do Tribunal Constitucional, neste eido o Estado resérvase a potestade de ditar normas relativas á seguridade industrial, é dicir, á seguridade das instalacións e dos establecementos industriais, dos procesos industriais e dos produtos elaborados polos mesmos (STC 32/2016, do 18 de febreiro, e as que nela se citan). O título competencial habilitante do Estado en materia de seguridade industrial é o previsto no artigo 149.1.13ª CE (STC 20/2014, do 10 de febreiro).

Agora ben, esta potestade normativa do Estado en materia de seguridade industrial non exclúe a posibilidade de que a Comunidade Autónoma con competencia en materia de industria como a galega poida ditar disposicións normativas “siempre que no violen los mandatos o impidan alcanzar los fines perseguidos por la legislación estatal.... Se trata, pues, de una concurrencia de potestades normativas, estatal y autonómica, que puede ordenar el legislador estatal con los criterios y puntos de conexión que sea menester fijar y que resulten constitucional y estatutariamente correctos” (STC63/2018, do 7 de xuño).

Tamén corresponde á Comunidade Autónoma a competencia de execución tanto da normativa estatal como da complementaria que poida ditar a Comunidade Autónoma pois “únicamente [se] excluyen de la competencia autonómica las ‘normas’ que pueda dictar el Estado, sin referencia alguna a ninguna actividad estricta de ejecución... De manera que el Estado carece de facultades ejecutivas en materia de industria y, en concreto, de seguridad industrial en todo el territorio nacional» (SSTC 243/1994, do 21 de xullo, e a máis recente 63/2018, do 7 de xuño; sentenza esta última na que se precisa, respecto da dita competencia executiva autonómica, que o seu “ejercicio está supeditado a lo que dispongan las normas estatales”).

2.- Enerxía.

Conforme o artigo 149.1.25ª CE o Estado ostenta competencia en materia de “Bases de régimen (…) energético”. En materia de enerxía tamén debe terse en conta a competencia estatal do artigo 149.1.22ª CE referida a “la autorización de las instalaciones eléctricas cuando su aprovechamiento afecte a otra Comunidad o el transporte de energía salga de su ámbito territorial.”

Xunto a estas competencias específicas, procede así mesmo ter en conta a operatividade que neste eido ten tamén a competencia máis xeral do artigo 149.1.13ª CE, á que se aludiu anteriormente, ao tratar a materia de industria, se ben, como recorda a STC 18/2011, do 3 de marzo:

“(...) c) En todo caso debe tenerse presente que no son “equivalentes o intercambiables el título genérico relativo a planificación económica y el específico referente a la ordenación de un sector aun en el supuesto en que ambos pertenezcan a un mismo titular”, puesto que las facultades de actuación conferidas al Estado por el título competencial genérico y el específico no tienen por qué coincidir. “Cuando se trata de reconocer o negar carácter básico a un concreto precepto legal, será preciso determinar en cada caso si éste opera realmente, por ejemplo, en el ámbito de la planificación económica, o bien, también por ejemplo, en el del régimen energético. Sin olvidar, finalmente, que la competencia estatal en cuanto a planificación económica ex art. 149.1.13 CE -y en ello difiere de la relativa a régimen energético ex art. 149.1.25 CE- no se agota en las bases, sino que comprende además la ‘coordinación’ en tal materia. Esto es, le corresponde una facultad que presupone lógicamente la existencia de competencias autonómicas, aun de mera ejecución, que deben ser respetadas, y con la que se persigue, en esencia, la integración de las diversas partes del sistema en el conjunto del mismo mediante la adopción por el Estado de medios y sistemas de relación, bien tras la correspondiente intervención económica bien incluso con carácter preventivo, para asegurar la información recíproca, la homogeneidad técnica en ciertos aspectos y la acción conjunta de las autoridades estatales y autonómicas en el ejercicio de sus respectivas competencias.” [STC 197/1996, FJ 4 B)] (…)”

Pola súa banda, conforme o artigo 28.Tres EAG a Comunidade Autónoma galega ostenta a competencia de desenvolvemento lexislativo e execución da lexislación do Estado en materia de réxime enerxético. E o artigo 27. Trece contempla a competencia exclusiva autonómica en materia de “Instalaciones de producción, distribución y transporte de energía eléctrica cuando este transporte no salga de su territorio y su aprovechamiento no afecte a otra provincia o Comunidad Autónoma, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo ciento cuarenta y nueve, uno, veintidós y veinticinco, de la Constitución.”

Respecto da competencia estatal en materia de réxime enerxético, con carácter xeral corresponde ao Estado a competencia para regular a ordenación do sector enerxético que inclúe a planificación xeral do sector (SSTC 87/2019, do 20 de xuño; 69/2018, do 21 de xuño; 170/2012, do 4 de outubro; 223/2000, do 21 de setembro, e 197/1996, do 28 de novembro), e os seus diversos subsectores (eléctrico, gasístico, petrolífero, nuclear, etc.) mediante a aprobación da lexislación básica (STC 135/2012, do 19 de xuño).

O Tribunal Constitucional aplica á normativa básica en materia de “réxime enerxético” as mesmas esixencias materiais e formais da súa doutrina sobre a noción constitucional de “bases”, se ben, desde a perspectiva formal, ten salientado certas especificidades respecto da marxe de normativa básica de rango regulamentario así como da posibilidade do Estado de ditar, en supostos excepcionais, actos de natureza executiva. Así, por exemplo, sinala a STC 21/2017, do 2 de febreiro, no eido do sector eléctrico:

“(…) Por lo que hace a la perspectiva formal, en el ámbito de la energía eléctrica, la doctrina constitucional entiende que el concepto de bases comprende las normas con rango legal sobre la ordenación del sector eléctrico, y también, de manera excepcional y de acuerdo con el concepto material de bases, normas de carácter reglamentario y actos de naturaleza ejecutiva, especialmente, pero no sólo, con respecto al régimen económico del sector (STC 18/2011, FJ 8). Nuestra doctrina ha fijado los requisitos que deben cumplirse, de modo que se ha admitido que a esta perspectiva atiende “el principio de ley formal... en razón a que sólo a través de este instrumento normativo se alcanzará... una determinación cierta y estable de los ámbitos de ordenación de las materias en las que concurren y se articulan las competencias básicas estatales y reglamentarias autonómicas. También precisamos que como excepción a dicho principio de ley formal... el Gobierno puede hacer uso de la potestad reglamentaria, para regular por Decreto alguno de los preceptos básicos de una materia, cuando resulten, por la competencia de ésta, complemento necesario para garantizar el fin a que responde la competencia sobre las bases (STC 98/2001, de 5 de abril, FJ 7, con cita de la STC 69/1988, de 19 de abril, FJ 5)” (STC 14/2004, de 13 de febrero, FJ 11, citada por las SSTC 32/2016, FJ 4, y 62/2016, FJ 7).

Respecto al sector eléctrico en particular, en la reciente STC 205/2016, de 1 de diciembre, FJ 4, con cita de la STC 120/2016, de 23 de junio, FJ 3 c), hemos recordado que “en el caso de la ordenación del sector eléctrico la intervención de la norma reglamentaria, amparada tanto en el título general relativo a la planificación de la economía (art. 149.1.13 CE) como en el más específico relativo al sector energético (art. 149.1.25 CE), se justifica por la importancia del sector eléctrico para el conjunto de la economía nacional y por su carácter esencial para la totalidad de los sectores económicos y para la vida cotidiana (STC 148/2011, de 28 de septiembre, FJ 6), así como en los casos en los que la propia norma legal lo reclama para completar la regulación de la disciplina básica por ella definida y conseguir la exigible calidad y seguridad en el suministro y también por su carácter marcadamente técnico, justificativo de su tratamiento por normas reglamentarias (STC 4/2013, FJ 5) (…)”

De xeito máis concreto, o Tribunal Constitucional ten sinalado que se integran na competencia estatal do artigo 149.1.25ª CE o establecemento dos requisitos e das condicións para a producción de enerxía, así como medidas en materia de eficiencia enerxética (STC 69/2018, do 21 de xuño).

Por outra banda, non todas as fases do ciclo económico dun sector enerxético son susceptibles de encadrarse na materia de “régimen energético”. Así, mentres que o relativo á producción se encadra na dita materia, por exemplo as actividades de distribución dos produtos petrolíferos se inscriben na materia de “comercio interior” (STC 197/1996, do 28 de novembro). Na mesma liña, a posterior STC 14/2004, do 13 de febreiro, en materia de enerxía nuclear, salientou como son encadrables na materia de réxime enerxético as diferentes actividades relativas á producción, en calquera modalidade, de enerxía nuclear. Sen embargo esta cualificación competencial non ten que estenderse necesariamente a todas as fases do proceso de desenvolvemento desta forma de enerxía, pois iso podería conducir ao baleirado doutras materias. E, no eido do sector eléctrico, a competencia básica estatal esténdese a extremos como: o establecemento do réxime común das actividades dos distintos suxeitos que interveñen no sector eléctrico; o establecemento da regulación básica das actividades destinadas á subministración de enerxía eléctrica; o establecemento dun réxime normativo básico da actividade de distribución eléctrica; os aspectos relacionados coa continuidade e a calidade na subministración eléctrica ou o establecemento dun réxime económico único para todo o territorio nacional (por todas, SSTC 18/2011, do 3 de marzo; 148/2011, do 28 de setembro; 4/2013, do 17 de xaneiro; ou 32/2016, do 18 de febreiro).

Respecto do sector eléctrico, cómpre así mesmo salientar a delimitación desta competencia estatal do artigo 149.1.25 ª CE e da autonómica referida á defensa das persoas consumidoras e usuarias. Neste sentido, por exemplo, o Tribunal Constitucional ten indicado:

a) Que unha regulación que “se dirige a establecer unas determinadas normas en materia de calidad del suministro eléctrico y de ejercicio de la actividad sancionadora, normas de las que son destinatarios, en su mayor parte, dos de los sujetos intervinientes en el sistema eléctrico como son los comercializadores y los distribuidores (…) presenta una conexión más estrecha con la materia energía que con la relativa a la defensa de los consumidores” (STC 148/2011, do 28 de setembro).

b) Que tamén se encadra na competencia estatal do artigo 149.1.25ª CE a regulación dun “mecanismo administrativo específico para la protección de determinados consumidores en su condición de usuarios finales de la energía eléctrica, al que vienen obligados a someterse los sujetos del sistema eléctrico y que no excluye sino que permite la intervención de la jurisdicción contencioso-administrativa” (STC 32/2016, do 18 de febreiro).

c) E que “la introducción de una causa de suspensión de la interrupción del suministro eléctrico o de gas, aplicable a las personas en situación de vulnerabilidad económica y a determinadas unidades familiares (…) entronca directamente con la ordenación del suministro de electricidad y de gas, los derechos y obligaciones de los sujetos intervinientes, entre los que se encuentran la obligación de las empresas comercializadoras de suministrar la electricidad y el gas, el derecho a exigir el pago del suministro y a adoptar medidas respecto a los consumidores que estén en situación de impago (…) inciden directamente en la configuración del contenido del régimen jurídico de uno de los sujetos que intervienen en el sector eléctrico y de gas, al afectar directamente a sus obligaciones y derechos, y también conciernen a la garantía del suministro al tener como finalidad introducir una causa de suspensión de la interrupción del mismo en caso de impago. Tales circunstancias, nos permiten considerar que por su contenido y finalidad, los preceptos impugnados presentan una conexión más estrecha con el ámbito del sector energético, de preferente aplicación, dado el carácter específico del mismo, lo que determina el desplazamiento de los títulos competenciales “consumo” y “servicios sociales” (STC 62/2016, do 17 de marzo).

3.- Minas.

Conforme o artigo 149.1.25ª CE o Estado ostenta competencia en materia de Bases de régimen minero”.

Pola súa banda, conforme o artigo 28.Tres EAG a Comunidade Autónoma galega ostenta a competencia de desenvolvemento lexislativo e execución da lexislación do Estado en materia de réxime mineiro.

Respecto deste título competencial procede advertir que o núcleo da vixente normativa estatal en materia mineira vén constituído por normativa preconstitucional. En particular, xunto á citada Lei de minas, debe terse en conta a Lei 6/1977, do 4 de xaneiro, de fomento da minería, e o Regulamento xeral para o réxime da minería, aprobado polo Real decreto 2857/1978, do 25 de agosto.

Este carácter preconstitucional non impide que deba terse en conta a dita normativa no que resulte aplicable pois, como ten advertido o Tribunal Constitucional, por todas, na STC 235/2015, do 5 de novembro:

“(...) es doctrina consolidada que la dimensión material de las normas básicas permite que pueda extraerse de las normas preconstitucionales (que, obviamente, no pueden atender a la exigencia de explicitación formal como normas básicas) los principios o criterios que pudieran tener tal carácter … sirviendo, así, de parámetro de contraste con la norma objeto de la presente cuestión” (STC 251/2006, de 25 de julio, FJ 9). No obstante y en esta misma Sentencia hemos advertido que “la operación de deducir bases normativas de la legislación preconstitucional ha de realizarse con suma cautela y teniendo siempre presentes las categorías contenidas en la Constitución respecto del reparto constitucional y el alcance de las mismas” [FJ 10 b)](...) Cabe recordar que lo que ha de considerarse como bases o legislación básica es “el común denominador normativo necesario para asegurar la unidad fundamental prevista por las normas del bloque de la constitucionalidad que establecen la distribución de competencias” (STC 48/1988, de 22 de marzo, FJ 3). Esto es, un marco normativo unitario, de aplicación a todo el territorio nacional (STC 147/1991, de 4 de julio, FJ 4), dirigido a asegurar los intereses generales y dotado de estabilidad, ya que con las bases se atiende a aspectos más estructurales que coyunturales (STC 1/1982, de 28 de enero , FJ 1); a partir de él podrá “cada Comunidad, en defensa de su propio interés, introducir las peculiaridades que estime convenientes dentro del marco competencial que en la materia correspondiente le asigne su Estatuto” (STC 49/1988, de 22 de marzo , FJ 16) (...)”

E, na materia concreta de minas, ten sinalado tamén que: “a efectos de extraer de ella normas básicas la legislación minera ha de contemplarse en su conjunto y, sobre todo, tratándose de una legislación en su núcleo básico preconstitucional, ha de interpretarse a la luz de los preceptos constitucionales” (STC 64/1982, do 4 de novembro).

Ademais tamén convén recordar que o Tribunal Constitucional ten admitido que “en determinadas circunstancias estas normas legales preconstitucionales pueden admitir un desarrollo reglamentario de carácter básico (entre muchas, STC 1/1982, de 28 de enero, FJ 1)” (STC 45/2015, do 5 de marzo, na que se inclúe un extracto da doutrina constitucional sobre a posibilidade de regulación regulamentaria de carácter básico. Tamén procede traer a colación a STC 165/2016, do 6 de outubro, no FX 15 da cal se analiza precisamente a posibilidade dunha normativa regulamentaria básica en materia de réxime mineiro). En consecuencia, é preciso ter en conta a posible existencia de normas básicas non só na Lei de Minas, senón tamén no Regulamento xeral para o réxime da minería, antes citado.

Á dificultade derivada do labor de extraer das normas estatais preconstitucionais aquelas que cabe cualificar de normas básicas, se engade que a conflitividade competencial na materia foi, ata o momento presente, escasa polo que nas sentenzas do Tribunal Constitucional só se atopan uns poucos pronunciamentos illados, de entre os cales procede destacar os seguintes.

En primeiro lugar, o Tribunal Constitucional ten destacado a especificidade do título competencial que nos ocupa, indicando que “el título “bases del régimen minero” (art. 149.1.25 CE) está llamado a cubrir normas estatales de este específico sector desvinculadas de fines medioambientales, las que no tienen por objeto atajar las repercusiones negativas sobre el entorno y la biodiversidad de la actividad minera” (STC 45/2015, do 5 de marzo, FX 3).

Así, por exemplo, ten declarado que o réxime xurídico da rexistrabilidade dos terreos a efectos mineiros contemplado na Lei de Minas é materialmente básico, “pues constituyen un marco o denominador común de necesaria vigencia en el terreno nacional, que determina la fijación por el Estado de unos criterios uniformes a la hora de proceder a la ordenación de la explotación de determinados recursos mineros” (SSTC 235/2015, FX 4; e 260/2015, FX 3). Tamén ten sinalado que “la fijación por el Estado de unos criterios uniformes en cuanto a las técnicas que pueden ser utilizadas en la exploración, investigación y explotación de hidrocarburos constituye una norma básica, con arreglo al art. 149.1.13 y 25 CE” (STC 106/2014, do 24 de xuño).

Por outra banda, na STC 33/2016, do 18 de febreiro, o Tribunal Constitucional pronunciouse sobre a disposición transitoria primeira da Lei de Minas, “Sin necesidad de analizar si de su contenido normativo se pueden inferir normas básicas”, como é a regra xeral, ao tratarse dunha disposición transitoria, e limitouse a constatar que a dita disposición “fue dictada por la instancia competente” e que “en el momento relevante al Estado le correspondía la competencia normativa en su integridad y no solo la facultad de dictar la legislación básica”. Na mesma sentenza se afirma que a competencia autonómica de execución comprende a “regulación de la propia competencia funcional de ejecución y del conjunto de actuaciones precisas para la puesta en práctica de la normativa estatal”, se ben o propio Tribunal Constitucional ten admitido a competencia estatal de execución en determinados supostos. Así, por exemplo, en circunstancias de supraterritorialidade (STC 69/2018, do 21 de xuño), no subsolo mariño (SSTC 8/2013, do 17 de xaneiro; e 8/2018, do 25 de xaneiro), así como noutros casos (como os analizados nas SSTC 197/1996, do 28 de novembro; e 165/2016, do 6 de outubro).

Cabe indicar tamén que a STC 64/1982, do 4 de novembro, afirmou, se ben desde a perspectiva da competencia en materia de medio ambiente, a competencia autonómica para impoñer requisitos e cargas para o outorgamento das autorizacións, permisos e concesións mineiras “en cuanto tales requisitos y cargas están dirigidas a la protección de un bien constitucional como es el medio ambiente, siempre que esas cargas y requisitos no alteren el ordenamiento básico minero, sean razonables, proporcionados al fin propuesto y no quebranten el principio de solidaridad consagrada en los arts. 2 y 138 CE con carácter general, en el 45 con relación específica a la protección del medio ambiente”. No mesmo sentido se pronuncia a posterior STC 235/2015, do 5 de novembro, antes citada, na que se recorda ademais que o Tribunal Constitucional “ha considerado contrario al orden constitucional de distribución de competencias que deriva de lo dispuesto en el art. 149.1.23 CE, el establecimiento de prohibiciones genéricas, absolutas e incondicionadas”.

4.- Augas minerais e termais.

A CE establece unha distribución competencial en materia de augas minerais e termais independente da prevista para o resto de recursos hidráulicos. Así, conforme o artigo 148.1.10ª CE as Comunidades Autónomas poden asumir competencias en materia de augas minerais e termais.

En coherencia co anterior, de acordo co artigo 27.14 EAG, a Comunidade Autónoma galega ostenta competencia exclusiva en materia de augas minerais e termais.

Agora ben, pese a que o artigo 149.1 CE, no listado de materias de competencia do Estado, non menciona expresamente as augas minerais e termais, isto non implica que aquel careza de todo título habilitante para intervir nesta materia, pois como reiteradamente ten declarado o Tribunal Constitucional, “la calificación jurídica y el alcance de las competencias de las Comunidades Autónomas no puede hacerse derivar únicamente de una lectura aislada de la denominación que reciben en los textos estatutarios sino de una interpretación sistemática de todo el bloque de la constitucionalidad, dentro del cual la Constitución «conserva intacta su fuerza normativa dominante como lex superior de todo el ordenamiento, fuerza normativa que no se agota ni disminuye con la promulgación de los Estatutos de Autonomía, cuyos preceptos, por más que califiquen como exclusiva la competencia asumida ratione materiae, no pueden oponerse a las normas constitucionales que, en su caso, reconozcan al Estado títulos competenciales sobre esa misma materia(STC 20/1988)” (STC 163/1994, do 26 de maio).

Así, en primeiro lugar, o título competencial estatal máis directamente conectado coa materia relativa ás augas minerais e termais é o de bases de réxime mineiro do artigo 149.1.25ª CE, habida conta da consideración de recursos mineiros das augas minerais e termais conforme o artigo 3 da Lei 22/1973, do 21 de xullo, de minas. Remitímonos, respecto deste título competencial, á análise efectuada con anterioridade.

Se ben o dito título competencial é o principalmente conectado coa materia relativa ás augas minerais e termais, non é o único do que dispón o Estado para establecer regulacións con incidencia na materia. De entre estes títulos procede salientar, por unha banda, a competencia estatal en materia de lexislación básica sobre protección do medio ambiente (artigo 149.1.23ª CE). Neste sentido, pese a que, como se indicou antes, a CE establece unha distribución competencial en materia de augas minerais e termais independente da prevista para o resto de recursos hidráulicos, non pode perderse de vista que, desde a perspectiva da súa realidade física e da súa manifestación no medio natural, atopámonos ante recursos hidráulicos pertencentes na súa maior parte ao ciclo hidrolóxico, razón pola que o texto refundido da Lei de augas, aprobado polo Real decreto lexislativo 2/2001, do 20 de xullo, se ben no seu artigo 1.5 remite á lexislación específica a regulación das augas minerais e termais, tal remisión a efectúa “sin perjuicio de la aplicación de lo dispuesto en el apartado 2” do mesmo precepto, conforme o cal:

“2. Es también objeto de esta ley el establecimiento de las normas básicas de protección de las aguas continentales, costeras y de transición, sin perjuicio de su calificación jurídica y de la legislación específica que les sea de aplicación.”

Tamén ha de terse en conta a competencia básica estatal en materia de sanidade (artigo 149.1.16ª CE, ao abeiro da cal o Estado ten ditado normas regulamentarias con incidencia na materia de augas minerais e termais1), así como, dada a dimensión económica da utilización das augas minerais e termais, a competencia en materia de bases e coordinación da planificación xeral da actividade económica (artigo 149.1.13 ª CE).

Por último, procede así mesmo ter presente a incidencia doutros títulos competenciais estatais como os relativos ás bases de réxime xurídico das Administracións Públicas, procedemento administrativo común e lexislación básica sobre concesións administrativas (artigo 149.1.18ª CE).

En suma, pois, a competencia autonómica citada para a ordenación e xestión das augas minerais e termais, pese á súa configuración como exclusiva no EAG, ha de entenderse en conexión coas competencias recoñecidas ao Estado no artigo 149.1 CE (con especial atención aos títulos competenciais estatais aos que se acaba de aludir).

No contexto competencial examinado neste apartado, cabe citar, como principais textos legais estatais os seguintes:

Lei 21/1992, do 16 de xullo, de Industria.

Lei 24/2013, do 26 de decembro, do Sector Eléctrico.

Lei 34/1998, do 7 de outubro, do sector de hidrocarburos.

Lei 25/1964, do 29 de abril, sobre enerxía nuclear.

Lei 22/1973, do 21 de xullo, de Minas.

Lei 6/1977, do 4 de xaneiro, de fomento da minería.

E, respecto das leis autonómicas, recóllese neste apartado da obra a versión consolidada das seguintes:

- Lei 5/1995, do 7 de xuño, de regulación das augas minerais, termais, de manantial e dos establecementos balnearios da Comunidade Autónoma de Galicia.

- Lei 3/2008, do 23 de maio, de ordenación da minaría de Galicia.

- Lei 8/2009, do 22 de decembro, pola que se regula o aproveitamento eólico en Galicia e se crean o canon eólico e o Fondo de Compensación Ambiental.

- Lei 4/2010, do 23 de xuño, de fomento do sector naval de Galicia.

- Decreto Lexislativo 1/2015, do 12 de febreiro, polo que se aproba o texto refundido das disposicións legais da Comunidade Autónoma de Galicia en materia de política industrial.2

- Lei 7/2017, do 14 de decembro, de medidas da eficiencia enerxética e garantía de accesibilidade á enerxía eléctrica.3

- Lei 8/2019, do 23 de decembro, de regulación do aproveitamento lúdico das augas termais de Galicia.


1 Por exemplo, o Real decreto 1798/2010, do 30 de decembro, polo que se regula a explotación e comercialización de augas minerais naturais e augas de manancial envasadas para o consumo humano

2 En materia de industria tamén debe terse en conta o artigo 43 da Lei 2/2017, do 8 de febreiro, de medidas fiscais, administrativas e de ordenación (DOG núm. 28, do 9 de febreiro de 2017), conforme o cal:

“Artigo 43. Ordenación das competencias de execución da Comunidade Autónoma respecto do control metrolóxico de instrumentos en servizo

Un. As actividades relacionadas co control metrolóxico de instrumentos en servizo de competencia da Comunidade Autónoma de Galicia serán exercidas pola propia Administración autonómica ou, se é o caso, polos organismos autorizados de verificación metrolóxica que se designen, de acordo co previsto no artigo 8.5 da Lei 32/2014, do 22 de decembro, de metroloxía, e no artigo 8, puntos 1 e 6, do Real decreto 244/2016, do 3 de xuño, polo que se desenvolve a dita lei.

Dous. A Administración autonómica poderá realizar as ditas actividades:

a) Directamente, a través dos órganos da Administración xeral con competencias en materia de industria ou mediante as entidades instrumentais que teñan o carácter de medios propios instrumentais e servizos técnicos.

b) Indirectamente, mediante contrato, de conformidade coa lexislación de contratos do sector público.

Tres. Como consecuencia do indicado nos puntos anteriores, continuará a execución do contrato, actualmente existente, de xestión de servizos públicos, na modalidade de concesión, consistente no control metrolóxico de diversos equipos de medida na fase de instrumentos en servizo no ámbito territorial da Comunidade Autónoma de Galicia. O anterior enténdese sen prexuízo da actuación, no territorio autonómico, de organismos autorizados de verificación metrolóxica que poidan designarse, de acordo co réxime imposto pola normativa estatal en materia de control metrolóxico.

Catro. No caso de que a efectiva realización, no ámbito territorial da Comunidade Autónoma de Galicia, de actividades de verificación metrolóxica por organismos autorizados de verificación metrolóxica designados conforme o procedemento previsto na Lei 32/2014, do 22 de decembro, de metroloxía, e no Real decreto 244/2016, do 3 de xuño, polo que se desenvolve a dita lei, supoña un desequilibrio económico acreditado do contrato ao que se alude no punto 3 desta disposición, o concesionario poderá solicitar o restablecemento do equilibrio económico. Neste caso, comprobada polo órgano de contratación a existencia dun desequilibrio económico, este adoptará as medidas procedentes para o restablecemento do equilibrio económico do contrato, conforme o disposto na lexislación de contratos do sector público. As ditas medidas poderán consistir na modificación das tarifas que deben aboar as persoas usuarias, na redución do prazo do contrato ou, en xeral, en calquera modificación das cláusulas de contido económico incluídas no contrato, de xeito que este poida seguir desenvolvéndose co mesmo equilibrio económico existente no momento da súa celebración.

O indicado anteriormente entenderase sen prexuízo da posibilidade de modificar o contrato de acordo cos límites da lexislación de contratos do sector público, ou da súa resolución, se nin o reequilibrio económico nin a modificación contractual foren posibles.

As anteriores medidas, limitadas ao estrito marco contractual, entenderanse sen prexuízo da responsabilidade patrimonial, se é o caso, polos danos derivados da aplicación do novo marco normativo en materia de metroloxía, que será exixible, cando se dean os supostos constitucionais e legais para o seu exercicio, ante os órganos competentes.”

3 Téñanse en conta tamén as previsións en materia de enerxía contidas no capítulo IX do título II da Lei 13/2015, do 24 de decembro, de medidas fiscais e administrativas (DOG núm. 249, do 31 de decembro de 2015), na parte que non foi declarada inconstitucional pola STC 21/2017, do 2 de febreiro (BOE núm. 59, do 10 de marzo de 2017).